domingo, 21 de abril de 2013

LA ENFERMEDAD DE VIVIR ESPERANDO.


¿Cuántas horas al día pasas separado de tu teléfono personal? ,¿te atreves a salir de casa sin él?, ¿cuando te acuestas lo tienes cerca?, ¿lo apagas en algún momento?, ¿¿ LO NECESITAS???

La persona cuya mente privilegiada asoció los términos teléfono móvil y libertad puede sentirse muy orgullosa porque no queda títere en el "Mundo Civilizado" que no gire en torno a un teléfono móvil.

Hombre, tampoco es eso, no??? los teléfonos también tienen su lado positivo... nos permiten estar siempre localizables, mantener el contacto con los demás desde cualquier parte, distraernos de camino al trabajo consultando internet, jugando, wasapeando, tuiteando, facebookeando... enredando, vamos.

Vas a tomar un café con alguien y lo encuentras con su teléfono, sales de fiesta y la gente está con su teléfono, vas andando por la calle y las personas pasan enredando con el teléfono; teléfonos en el metro, en el tren, en el bus, en tiendas, en restaurantes, en bibliotecas, en clases, en procesiones de semana santa, en la playa, en la montaña, en vacaciones, de lunes a domingo y festivos.

Creo haber escuchado una frase en mi etapa universitaria que decía algo así como "la Información es poder y el que controla la información tiene el poder"; siguiendo la asociación, entiendo que los teléfonos de hoy nos permiten acceder a la información, crearla, difundirla, transformarla, eliminarla... así que deberíamos sentirnos "Todopoderosos", o no????

¿Pero qué precio debemos pagar, además del que cuesta nuestro terminal y nuestro contrato por habernos fusionado con estos chismes?

Elevado, amig@s, elevado. Hemos perdido el control sobre nuestra creación.¿ Dependo de una "máquina inteligente" y  tengo que sentirme más libre? :(  no lo entiendo. Hace unos días tuve la oportunidad de hablar de este tema con mi prima de quince años que, como toda la gente de su edad, vive por y para el móvil. Le pregunté si podría estar un día sin su smartphone y su respuesta fue un "No" rotundo, "ni de coña".El móvil se ha convertido en un estilo de vida, el más popular de cuantos existen.

¿Y qué hay de los niños que están llegando al mundo ahora?, ¿cuándo tendrán su primer teléfono inteligente?.¿cuándo tendrán el acceso a la información, al poder?.¿cuándo empezarán a formar parte de este engranaje social?. Cuando sus padres lo consideren oportuno, aunque eso dependerá, obviamente, de los intereses del mercado.

Otro punto sobre el que me gustaría hablar es el factor "Inmediatez": lo quiero, lo tengo; lo pienso, lo hago, pregunto... y quiero "YA" la respuesta. Así es el mundo que hemos creado; impaciente, compulsivo y exigente; una auténtico paraíso para los trastornos de ansiedad. Esta filosofía de vida se basa en la permanente generación de deseos y la inmediata satisfacción de los mismos. El trayecto carece totalmente de importancia. Algo así como decidir subir a una cumbre y aparecer en ella, sin camino.Si has ido alguna vez a la montaña, sabrás muy bien que lo que nos hace disfrutar es el recorrido, el diálogo con nuestros compañeros, el esfuerzo, los tragos de agua en la fuentes, las pequeñas paradas para comer... cuando llegamos al final, la aventura ha terminado, ¿tiene entonces más valor el "supuesto objetivo" que el recorrido que nos permite alcanzarlo?



No espero una respuesta "inmediata" a las preguntas que he ido formulando a lo largo de esta entrada, sería un signo evidente de que no has sintonizado con lo que digo ;)






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